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Un Oviedo distinto. Intensidad, ambición, presión, pelea, lucha, desmarque, velocidad, colocación, criterio, astucia e inteligencia. Veinte minutos de arranque sensacionales, pausa, goles, contención y carácter. Robert Robles en poco menos de dos semanas ha imprimido a este equipo de una serie de condicionantes que han hecho que la gente vuelva a creer, al menos quien suscribe. Triunfo merecido frente a un Guijuelo que nada pudo hacer, y que coloca a los azules dependiendo de sí mismos para ser primeros de grupo.
Sinceramente hacía muchísimo tiempo que no tenía ilusión; la había perdido y hoy de nuevo, me ha brotado. ¡Vamos Real Oviedo!
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